La vidente buena
Las claves de un fenómeno real
La videncia es un don personal. Está un poco más allá del conocimiento racional y es por lo tanto difícil de analizar con nuestro lenguaje común que todo lo ordena y clasifica. La videncia es un hecho que se ha manifestado en múltiples ocasiones en la historia.
Muchas veces este don manifiesta un acontecimiento que tendrá lugar en el futuro pero quien lo anuncia es incapaz de dar las razones de él. El mensajero es un simple instrumento de fuerzas superiores. En estos casos la videncia es real, y si se manifiesta en una mujer podemos hablar de vidente buena.
La explotación comercial de las capacidades extrasensoriales
Desde siempre los intentos por ganar el aplauso con una capacidad que excede a las propias del ser humano ha sido una tentación irresistible. Pero más allá de esta evidencia se han comprobado casos donde no hay explicación racional posible a hechos contrastados.
En esos casos donde la limitada experiencia que tenemos de las fuerzas de la naturaleza fracasa al intentar entender algo que nos supera totalmente. La vidente buena se mueve ajena a toda gloria mundana por los dones que le han sido otorgados. Los ha recibido gratis, y gratis los devuelve.
Cualquier tipo de interés que se manifieste en aprovechar estas capacidades como se podrían aprovechar legítimamente otras adquiridas es señal de fraude.
Una vidente buena no necesita la recompensa de la riqueza porque ya la ha obtenido al experimentar en sí misma dones muy superiores. Sabe que no son suyos y que de su buen uso depende que los siga manteniendo en el futuro.
Lo que se recibe en un don no es una forma para ganarse cómodamente la vida, es una responsabilidad y un reto. El don debe usarlo sabiamente para expresar fielmente el poder de donde viene y de quien es su legítimo propietario.